PARA MI TÍO BRUNO Y LUCIA
Era el destino.
Me invitaron unos amigos,
pizza, a comer
y un plato distinto
me trajo el chef.
En la mesa de al lado
una mirada me seguía…
Mientras yo
el plato devolvía
-es que, esto yo no pedí,
si tan solo pizza
para compartir.
-Qué pasa aquí?
(un hombre tratando
de ser gentil
arregla con el mozo
y la pizza, ya es para mí).
Pero sucedió algo
que no esperé;
en ese momento
me enamoré.
Galante, me decía,
que olía a rosas,
yo aceptaba
sus palabras bondadosas…
Desde aquel momento
estoy con él.
Le doy gracias a Dios,
por ese encuentro
en aquel restaurante
en donde
se equivocó
el chef.
Lo quiero!
Me quiere!
La vida dejó de ser gris
ahora ¡es hora, de vivir!
ANAMARÍA BLASETTI
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